Dijo tener estrías en el alma.
No comprendí. Luego, solo después de una inmensa soledad,
la entendí.
Son marcas de cuando la piel se estira
y crece, y luego se contrae, disminuye.
Como en el posparto, como al adelgazar.
Ella me amó mucho,
desmesuradamente, precipitadamente.
Y la desencanté, la harté.
Y su amor se hizo chiquito como un potus enano.
Le quedaron estrías en el alma.
Y a mi la sensación de haberla desperdiciado.
mar ezeq calab
1 comentario:
Bien ahí Martín :)
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