viernes

Entre corchetes

hay una caja perfecta de nombres
que se intercambian como focos,
hay un trono para el rey verbo
desde donde elige a sus súbditos
(son miles y se llaman todos con
tres nombres: Juan, Pedro y María)
y se saca el corazón núcleo para
mostrarle sus dominios de claras
fronteras, de lenguaje custodiado
por corchetes (bienvenido a la
institución).
sentado en las rodillas del tiempo,
midiendo todas las circunstancias,
soy la pesadilla de los que sueñan
con prolijas clasificaciones. soy un
adverbio.

domingo

Ni siquiera los más pequeños
se me escaparían porque
así te conozco, hasta los ecos
pequeños minúsculos
que solo en algunas noches
te animas a decirte,
esos mismo vergonzosos
que son los que más me gustan
y asustan. También te se
las cien máscaras en las que
te escondes pero muchas
me lastiman y no de todas
te puedo sacar.

viernes

La raza de diamante

ya se acercan los últimos
niños, vestidos con el color
que el tiempo da a los ciruelos
cuando la noche se cierra
sobre los jardines y alguien
grita.
ya se bañan doloridos en el
pantano porque el río no lleva
más que escombros, porque
del agua podrida nacerán los
sapos de oro que anunciarán
lluvia, cosechas de nuevas
delicias, y luego orugas azules
que se desteñirán antes de ser
las mariposas prometidas.
ya se acercan con augurios
que dicen ver en la tierra,
en los ojos de las víctimas
designadas para el sacrificio.
el fuego comió sus párpados
para que entrara toda la luz
a mostrarles el camino a casa,
al punto en el que el círculo
vuelve sobre sí mismo como
una serpiente desmemoriada.
toda la destrucción se sucede
igual que una metralla de rosas
contra las manos abiertas, y
los pétalos apretados sobre
las heridas dan una sola gota
para el perfume que hará crecer
de nuevo los jardines de oro.
ya se quita los harapos el primer
niño de la raza de diamante
y muestra su piel cargada de
los despojos del dios guerrero,
reluciente de signos nuevos
para nombrar a las cosas que
no parecen las mismas después
del fin.
(-Cuando los muertos lloran, es señal de que empiezan a recuperarse- dijo el cuervo con solemnidad.
-Lamento contradecir a mi famoso amigo y colega- dijo el búho- , pero yo creo que cuando los muertos lloran es porque no quieren morir.-)



Yo hice algo que no debería haber hecho: llorar.