lunes

Algún vestigio de tu paso

La dulzura de recordar al sol en la espiral del sueño
y el vano poder de haber ido tan lejos.


Es tan extraño el perdurar, oir aún
la grave letanía de los huesos y el hechizo del mundo.


Déjame ver, déjame ver:
alguien me condujo hasta aquí y se oculta,
cubierto de grandes praderas, de climas,
refugios baldíos, luces que brillan
en el faro donde la tierra termina.


Salido de lugares inciertos, de trópicos y lluvias,
voraz como fuego, intruso,
la huella de sus dientes y sus besos en la manzana.


¿De quién es ese rostro desconocido entrevisto donde se pierde?


Es incierto y ansioso
extraviado en la fábula oscura de mi vida.
Adiós, sombra mía.