miércoles

fragmentos de poema

...fluye como un rio subterraneo
ignorado por tus pies...

...perteneces a este lugaar
estos colores son los tuyos...

...no sueñes con puertos nuevos
hasta...

...tus amigos van a encontrarnos...

...naci siendo un ave con una sola ala...

...esta parado sobre tu hombro,
esta revisando tu ropa..

martes

Lados B. De las cosas que uno nunca escribe hasta que se revelan

Ilusiones ópticas o relato consecuente

"Un poema es esto, y esto no es un poema"

I

Entró por la ventana
por el placard
donde colgado mi cuerpo, desnudo
como un cuadro de Magritte,
se balanceaba, esperaba
por domir una noche.

Entró, lo dejé
entrar por una ventana con cristal
con distancia de país a país
de hombro a hombro

de Rimbaud y París
a las callecitas de Buenos Aires
y el lenguaje, la bruteza
¿de quién?.

Así, sentados, insensatos
entre cuatro horas de distancia
entre cuatro horas de diferencia solar
y siete, casualmente
de estar sentados, ansiando.

Junto con esa entrada
el enojo de los poetas
contra los poetas
contra la noche, contra su lenguaje
de loba malcriada y ausencia
repetida en el cuerpo, colgado
del placard por donde apareció
con la sonrisa del Gran Schiele
con la debilidad por el llanto
femenino de un tal Julio

y el enojo del poeta
contra los poetas.
París contra el miedo, como la mentira
que despoja los faroles
rotos de San Telmo.

Entró por la ventana
por el placard, quejándose
del patetismo Surrealista
y vistiéndome, con la prenda
que nunca tuve.


II

Pero en mi mapa de Argentina no lo veo.
Salvo que sea Agosto y nos encontremos
caminando por once, entre los puestos
de comida sucia
entre la gente que sale atropellada
desde los trenes que se van
y el olor a mierda, a tristeza
a tango falso y pregunta sin respuesta.

O que llueva y la autopista
esté llena de nada
y el café de la librería
que me gusta de Corrientes
esté abierto y entre las monedas
encontremos que alcanza
para dos tés y un libro
que nunca leímos.

Pero aún no empezó el inviero
y todavía queda esperar
a que se valla, a que se escapen
entre el cemento y los rostros de nadie
algunas flores en mis manos sueltas.

Es por eso que cierro el placard
cuelgo mi cuerpo desnudo
esperando por dormir una noche
y doblo el mapa, de América
donde no lo veo.

lunes

Pavana para una infanta difunta

A Alejandra Pizarnik

Pequeña centinela
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban mientras tu te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza la frontera y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo oscuro;
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo.
¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la hérida del propio nacimiento?
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pié,
abismos hacía adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estrágos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba
y esos labios exangües sorbiendo los venenos en la inanidad de la palabra?
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se desgarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es al revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando para pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela
en busca de otra,
o tiemblas frente a un ala de insecto que cubre con su membrana todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces como un manto:
en el fondo de todo hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.

Olga Orozco


Debía hacerlo.

martes

Pepino

a. Se sienta y prepara las cosas para después no preocuparse.
b. Construye una escalera porque le sobra tiempo y maderas.
c. Se ata los cordones.
s. Planea la guerra con los del sur.
r. Hace montoncitos.
g. Sueña en lo de su suegra.
t. Va a la peluquería.
m. Se queja de que últimamente en la televisión todo es una basura.
w. Finalmente firma el cheque.
q. No.
o. Se sube mas los pantalones.
f. Sale a caminar.
m. Piensa en nombres de comida que empiecen con L.
v. Riega el helecho de Diana.
m. Prefiere a la gente de color.
i. Se complica la vida buscando la manera mas correcta de sembrar el arroz.

domingo

Ansia

La princesa del desierto está envuelta en harapos

tiene sed, kilómetros de tierra infértil

la habitan en la vigilia y en el tiempo

del sueño, del lapso ambiguo.


Hay nombres, hombres

sexos latiendo en los rincones

exiliados de un cuerpo.


Una mujer es la reina y punto.

No existe el tiempo nunca más

sino palabras sin forma, lenguaje visceral

espejos a punto de romperse.

martes








"No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa."
Alejandra Pizarnik


Yo decía que un poema es un grito, una muerte. Ahora creo que estoy viva porque escribo silencios en la gran torre de la ausencia. Pero no todas las agujas se mueven en el minutero como corresponde, no todos los los días soy esclava de mi voz, más sí las noches donde anudo el cuerpo y anido rítmos extraviados que no supe hacer sonar. Ya no canto, nunca canté. Estoy exhausta y atractiva en el puente del pecado, es la muerte, es la muerte con su cara de loba, con su grito perpetuado en mi garganta.
Yo decía que un poema es un intento de suicido, un nacimiento descalabrado. Ahora estoy acá, floreciendo las ventanas del lenguaje con cosas que escuché y ya todos dijeron. No hay nuevas existencias, nos matamos los unos a los otros. Todo está dicho, tatuado en la casa de signos.
Hay que salir a buscar lo que no existe y guardarlo en una caja verde. Que se desentierre sola, cuando alguien quiera verla.







+

domingo

.

después de que lluevan los alfileres radioactivos
y se pudran los últimos dedos que hicieron música
después de que se acaben los últimos cables de cobre
y se derritan los pedacitos de plástico azul marino
después de que se jaspeen de olvido los postreros
y la munadid deje de ser como tal cosa que fue
los que queden, si es que quedan, deberán reconstruirlo
todo de nuevo: cada paso, cada gloria, cada atrocidad.


martín ezequiel calabrese
Lo Perdido


Flota…
bello un rostro.
Bello rostro que mis mil ojos
besaron cada vez,
en cada segundo.
Figurabanse puertas para escapar,
algo que existe por la mitad,
dos hombres
con la misma camisa,
zapatos, lentes, promesas,
soledades esperándoles;
apuntándose.
Y ese rostro.
Mira…
su alrededor impune,
real, bello y temible.
Me mira
mas humano y vulnerable hacerme
y sonríe tímida, real y bella.
Pero algo esta
presente, esta
sucediendo, estás confusa
mirándome,estás ahogándote
y sucede solo siento, en mi sucede.
Me hundo contigo
y siento
como plomo como ruido sordo
sucede llevándonos al fondo
y pestañeas, pestañeas, pestañeas
te pones seria sin entender
por que mis pestañas son de sal
por que mis pupilas son temporales secos.
No hay perfume, no hay ayer ni pasado mañana,
no hay despedida, no hay bienvenida,
no hay remedio, no hay veneno.
La corriente nos lleva,
te lleva. Tus ojos se cierran
cierran de un golpe,
tartamudean gotas
gotas de algodón.
Rondan voces
respondiéndote, preguntándote.
Se extingue la luz.
Humean mis bolsillos de subjuntivos.
Afuera hay ventanas,
fotografías para recitar,
versos que revelar.
Me cubro del frío del sol
heridas abiertas con mis lentes,
me nombro: Facundo Arata.
Me detengo a ver detrás
a ver las aguas de mí
que no se detienen.
Llevan otro rostro bello flotando,
no se detienen,
lleva otros rostros idos
y otros hombres.
Todos van,
fluyen por las aguas
de lo perdido.

sábado

recital de poesía jengibreana

jengibreanos


federico conde
fragil invencible

facundo m. arata
se dice que digo


matías massarella
ruinas de verona


florencia del gesso
la hija del viento

timothy ostrom


pedro bedascarrasbure
pebedas


martín e. calabrese
up rainbows


lucía alabart lago
minerva del aire


monólogo "la noche"
agustina amar


foto-proyección
agustina amar / noctámbula


foto-proyección
florencia del gesso / lahijadelviento

primer hombre internacional


tendencia margarita

algunas de las más de 200 personas
que circularon durante toda la noche


más las fotos ausentes de
colgada de poesía

y stands de
producciones independientes morosophos
editorial vomitarte
flia





fotos: laura ve
edición: la hija del viento