miércoles

Niña tristeza

¿Cuántas?
Muchas noches te espero, querida tristeza. Venís disfrazada de amarillo, lucerito sin pena. Con olor a azufre y los dedos regordetos. Me tocás la frente y me pedís perdón. Me hablás en otra lengua con palabras extrañas, pero estás tan adentro que te entiendo. Me hablás por medio de imágenes claras. “Todos pueden entenderme” me decís y la sonrisa se dibuja en tus manos. No te persuadas por mis lágrimas, ni por el hambre que dejás en mí. “¿No te cansás de ver a los niños? Te pregunto, pero ya no me escuchás. Te entretiene el viento en la ventana. “Vení tristeza, bailemos juntas” pero ya me he quedado dormida.

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