Matias se despertó dos minutos antes de que sonara el despertador. Dos minutos es el tiempo que le toma desenredarse de Cintia sin despertarla y apagar la máquina-de-volver-al-mundo para que no cometa el crimen con su bella durmiente.
En esos años estaban viviendo en una casa muy chiquita. La cocina y la habitación solían ser un mismo espacio, sobre todo en el tiempo del horno sumando calor a la estufa.
Matias pasó sus cinco minutos de té mirando su amor entre las sábanas, y mientras se vestía de serio la poesía le ganó a los trajines laborales.
Un cartelito bien a la vista dijo:
-Te dejo un abrazo sobre la mesa. Ponetelo cuando salgas que hace mucho frío.
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El pasado presente, Gerardo Chávez, Pintura |
1 comentario:
(http://www.gerardochavez.pe/es/biografia/biografia.html)
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