martes

Conurbano 2

Entró agitada a la habitación y me dijo: - Boludo… ¡te regalaron un auto!
Con cara de nada, le dije: - ¡Enfermita, dejame dormir!
Sacudiéndome en la cama, me dice: - ¡Dale, mogólico, te dejaron un auto en la puerta!
Sin mover un pelo le dije: -¡Dejame de joder!
Insistente, se zambulló en la cama y me dijo: - Dale, dale, levantate y fijate, está en la puerta.
Harto, le dije: Mmmm, a ver.
Así que me levanté y fui.
Efectivamente, el auto estaba ahí. Era bastante nuevo, casi cero kilometro, buena marca, alta gama, vidrios oscuros, llantas deportivas. La puerta del conductor estaba abierta. Tenía una cintita roja colgando del espejo, las llaves puestas y en el llavero la foto de una familia que no conozco.

No hay comentarios: